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Es un poema de 17 versos,
dividido en 4 estrofas: la 1ª, de 1 solo verso; la 2ª, de 5 versos; la 3ª,
de 8; y la 4ª, de 3. Es de arte mayor pues hay versos alejandrinos y
endecasílabos, con rimas asonantes y versos libres. La rima es
encadenada. Es un verso blanco. En los versos endecasílabos que
utiliza abundan los heroicos (hay 5), aunque también hay enfáticos (2) y
uno melódico.
Es un poema repleto de figuras
retóricas que le otorgan belleza y ritmo. Hay una esticomitia: Estudio
de las falsas teorías. Hay sinalefas dobles en un solo
verso: que practica –algo torpe– el desescombro. Hay
encabalgamientos abruptos y suaves. Pero, sobre todo, hay
abundancia de hermosas metáforas: uñas azules y no rojas (la
carta se dirige a una persona que no es de izquierdas); adioses muy
blanco (los que se van son inocentes); negros perfiles,
(con ello se quiere mostrar que la parte que se expone y que se ve
-el perfil- es lúgubre); sicarios del miedo, (los asesinos
matan y atemorizan); se retrasó la Historia, (la Historia no se
puede retrasar, siempre seguirá su curso. Es otra metáfora, significa que
se ha retrocedido o que no se ha avanzado como hubiera sido lo normal); sin
respuesta precisa desde los rascacielos, es, quizás, la última y
significa que los gobernantes y los poderosos no acceden a las peticiones
del pueblo. También hay ironía o sarcasmo (algo torpe) y anáforas
(Se necesita).
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Con el poema se transmite, a través de una carta, a
otra persona, la destinataria, la situación real de mansedumbre y estado
extremo en que la poeta y el país viven. A la destinataria la llama,
por simple deferencia, compañera porque está en el lado
contrario al que ella ocupa, aunque quizás, a pesar de la dispar ideología,
sí se le puede considerar compañera si sufre y padece el mismo
ambiente. Lo que no deja lugar a dudas es que despeja los bulos que,
intencionadamente, se han extendido para ocultar la verdad. Levanta, por
tanto, el velo que tapa la realidad. Ella –la poeta- lo ve claro y expone los
puntos que desmoronan las teorías falsas. Por eso este poema es un grito,
pero es un grito razonado. Clama contra la injusticia y no sólo la
que proviene de los que están en la cúspide del poder, sino también de
los que simplemente la observan y la permiten.
Este poema de Isabel Pérez
Montalbán está de absoluta actualidad dada la situación socio-política
de España, a pesar de estar publicado en el año 1999 y referirse a la
dictadura franquista. Es, en suma, un bellísimo poema que reclama
dignidad.
Cartas de amor de un comunista.
Germanía. Valencia, 1999.
Rosa Burgos
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